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                            LA SA DE HITLER

                                                 

Ernst Röhm

 
Ernst Röhm (1887- 1934) fue un oficial del Ejército Alemán y, entre 1931 y 1934, comandante de la Sturmabteilung (SA). En 1934 fue ejecutado durante la purga política llevada a cabo dentro del Partido Nazi, conocida como la Noche de Los Cuchillos Largos. Ernst Röhm nació en Munich, Alemania, el 28 de noviembre de 1887. Se enroló en el ejército en 1906. Durante la Primera Guerra Mundial prestó servició en el Regimiento de Infantería Bávaro 13º. Fue herido tres veces y alcanzó el grado de Mayor.

Después de la guerra, en 1919, Röhm se enroló en los Freikorps, los cuales eran grupos de choques compuestos por veteranos de la guerra para reprimir las grandes revueltas organizadas por grupos marxistas. En 1921 reclutó a Adolfo Hitler para espiar en el Partido Alemán de los Trabajadores. Como este partido político no era un partido de extrema izquierda, más bien de derecha, se enroló al mismo, como Hitler lo había hecho. El Partido Alemán de los Trabajadores se transformó en el Partido Nacional Socialista de los Trabajadores, conocido simplemente como Nazi.

En noviembre de 1923, Ernst Röhm participó, junto con Hitler y Ludendorff, en el intento de golpe de estado en Munich, Bavaria, el cual es conocido en alemán como "Hitlerputsch". Röhm fue arrestado y enjuiciado. Fue encontrado culpable de participar en el frustrado intento de golpe y condenado a un año y medio de prisión. Sin embargo fue liberado a cambio de una promesa de buena conducta. En 1924, como la SA había sido prohibida, Röhm creó la Frontbann, la cual era la misma organización paramilitar pero con otro nombre. En 1925, debido a diferencias políticas con otros miembros del Partido Nazi, emigra a Bolivia donde se desempeñó cono asesor militar del Ejército Boliviano. Pero en 1931, a pedido de Hitler, regresó a Alemania y fue nombrado comandante de la SA. En poco más de año, la SA creció bajo su mando de 70.000 a 170.000 tropas, y para 1934 esta organización contaba con alrededor de 3 millones de enrolados.

En 1933, Adolfo Hitler ya estaba en el poder y su ministro de guerra, Werner von Blomberg, junto con el Gral Walther von Reichenau, secretario de relaciones del ejército, hicieron saber al Führer su honda preocupación por el gran crecimiento de la SA y por la conducta que algunos de sus dirigentes mostraban. En octubre de 1933, Röhm le había enviado una carta a Reichenau donde le decía que el Ejército Alemán no era más que una escuela de entrenamiento para el ciudadano alemán; es por eso que la movilización y la conducción de una eventual guerra debería realizarla, no el ejército, sino la SA.

Walther von Reichenau, junto a Heinrich Himmler y Hermman Göring, comenzaron a conspirar en contra de Ernst Röhm y la SA. Himmler le pidió a Reinhard Heydrich que armara una carpeta sobre Röhm. Luego de una cuidadosa y exhausutiva investigación, Heydrich encontró evidencia que sugería que los franceses le habían pagado 12 millones de marcos para organizara un golpe de estado en contra de Hitler.

El Führer apreciaba a Röhm y se resistía a creer que el estuviera orquestando un golpe en su contra. Aunque el había sido uno de los más cercanos colaboradores de Hitler, Ernst Röhm parecía haber combiado y tener otra visión política. Tenía ahora una cierta inclinación hacia la izquierda sumado al hecho de que despreciaba a los oficiales de alto mando del Ejército Alemán, como así también a los empresarios, algunos de los cuales habían contribuido en la campaña política de Hitler. Había otras razones por las cuales Hitler quería deshacerse de Röhm; los generales no le darían el apoyo total a Hitler si Röhm seguía a cargo de la SA. Los altos mandos temían que la SA de casi 3 millones de miembros pudiera absorber al Ejército Alemán, el cual era mucho más pequeño en número.

También los industriales alemanes no estaban conformes con Röhm, puesto que éste tenía una visión socialista de la economía y sus constantes declaraciones de que la verdadera revolución aún estaba por llegar. También muchos miembros del partido y oficiales de alto mando del ejército se quejaban por la homosexualidad de Röhm y la vida licensiosa que llevaba. Hitler estaba consciente de que éste tenía el poder suficiente para desplazarlo como dirigente principal. Heinrich Himmler y Hermman Göring influyeron decisivamente sobre Hitler.

El 29 de junio de 1934, Hitler ordenó a Ernst Röhm y a otros altos dirigentes de la SA a que concurrieran al hotel Hanselbauer en Wiesel para una reunión importantísima. En las primeras horas del día 30 de junio, Adolfo Hitler, acompañado por una unidad de las SS al mando de Sepp Dietrich, llegó al hotel Hanselbauer e hizo arrestar a Ernst Röhm. En las siguientes 24 horas, más de 80 dirigentes de la SA fueron arrestados y ejecutados en Wiese y otras partes de Alemania. Hitler en un principio quería perdonar a Röhm debido al servicio prestado por éste al movimiento, pero, debido a las presiones de Göring y Himmler, decidió eliminarlo. Primero se le pidió que se suicidara, pero como no lo hizo, un pelotón de las SS entró a su celda y lo ejecutó.


Matanza planificada.

Dada la idiosincrasia nazi no cabía más que un enfrentamiento a sangre entre las dos tendencias del movimiento. Hitler contaba con la Gestapo, la policía política que había creado, y con las SS, la milicia encargada de su protección, pero estas organizaciones no tenían en 1934 el poderío que alcanzaron luego. Necesitaban el apoyo material del ejército, que les proporcionó el armamento y los medios de transporte necesarios para la operación. Puesto que la purga se iba a hacer para satisfacer a los militares, Hitler sometió al general Reicheman, jefe del Estado Mayor, la lista de los camisas pardas que pensaba liquidar. Sin abrir la boca, el general Reicheman asentía o negaba con la cabeza cuando le recitaban los nombres, decidiendo así sobre su muerte. De esta manera la aristocracia militar prusiana se ensució también las manos de sangre en la Noche de los cuchillos largos.

Una vez que tenía el visto bueno y los medios del ejército, Hitler puso en marcha un plan que se basaba en la traición y la audacia. Convocó a Röhm y a la plana mayor de las SA a una reunión en las afueras de Munich, en el hotel Hanselbauer de Bad Wiessee. En la madrugada del 30 de junio, acompañado de Goebbels y de sus guardaespaldas, el canciller voló a Munich, donde destituyó e hizo ejecutar al jefe de la policía, que era un SA amigo de Röhm. Luego se presentó en el hotel de la convocatoria, donde todos dormían, y pistola en mano detuvo personalmente a Röhm, que sería asesinado tres días después. A uno de los jefes de las SA, Emund Heines, lo encontraron en la cama con un camisa parda de 18 años, y los mataron allí mismo. Goebbels, el mago de la propaganda nazi, aprovecharía esto para echar un manto de ignominia sobre los SA, acusándoles de depravados –lo cierto es que el propio Röhm era homosexual, algo socialmente inadmisible en aquellos tiempos–.

Tras el éxito en el golpe de mano del hotel Hanselbauer, que dejaba descabezadas a las SA, Goebbels llamó por teléfono a Göring, ministro-presidente de Prusia, que aguardaba en Berlín, y le dijo la palabra clave: “Colibrí”. Entonces la Noche de los cuchillos largos se extendió por toda Alemania. Pero las presas no eran solamente los miembros de las SA, Hitler aprovechó el cheque en blanco que le habían dado los militares para descabezar, literalmente, a la derecha conservadora con la que estaba aliado en el Gobierno.

Hitler regresó tras su agitada noche a la sede del partido en Munich, y allí denunció ante los congregados “la peor traición de la historia”. La máquina propagandista de Goebbels se había puesto en marcha inventando el Röhm-Putsch, el golpe de Röhm. Dos semanas después se dictaría una ley legitimando las ejecuciones extrajudiciales dictadas por “el Juez Supremo del pueblo alemán”, o sea, Hitler, como una necesidad de defensa del Estado ante la subversión.

Después de estos acontecimientos, no solamente la matanza que se prolongó durante tres días, sino su posterior legitimación, nadie debería asombrarse de lo que iba a hacer el régimen nazi en el Tercer Reich.


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