organizacion hitleriana La gestapo

Adolf Hitler nunca había ocultado su intención de gobernar los territorios ocupados europeos con el terror y la represión. Para eso, necesitaba una organización específica, organización que tristemente ya había demostrado su capacidad. Los primeros en sufrirla fueron los propios alemanes, tanto los de origen judío como aquellos otros que podían ser considerados por el Estado como enemigos potenciales.

Poco después del inicio del conflicto, la maquinaria represiva nazi se puso en funcionamiento actuando allá donde hubieran llegado los ejércitos alemanes. La GESTAPO (Geheime Staats-polizei) fue la garantía con la que contaba el Estado para asegurarse la instauración del 'nuevo orden'. Esta policía secreta fue una baza importantísima a la hora de deportar judíos, eliminar resistentes y crear una densa red de espías capaz de controlar y aterrorizar poblaciones enteras.

Cuando una vez acabada la Segunda Guerra Mundial se proceso a los principales jefes nazis en el tribunal de Nuremberg, el procurador norteamericano, general Jackson declaró: 'La GESTAPO había transformado a Europa en una inmensa cámara de tortura'.

En el organigrama que el propio Jackson presentó ante el Tribunal de Nuremberg aparecía el Reichführer Heinrich Himmler como Jefe Supremo de la Policía, debajo de él estaban los doce principales servicios de las SS; como el Negociado Central para la Raza y Colonización, el Negociado Central de la Administración y la Economía, la Policía de Uniforme (Ordnungspolizei) o la Dirección Central de las SS.

De estos servicios dependían otros tantos negociados, grupos, secciones y subsecciones, que en conjunto formaban una tupida tela de araña que cubrían todos los aspectos políticos y sociales de la Alemania hitleriana. ¿Y dónde estaba la GESTAPO? Pues en el organigrama de Jackson ocupaba un lugar tan modesto y apartado que escapaba a la mirada del observador. En aquel gráfico, la GESTAPO, una de las ocho organizaciones declaradas como 'criminales' por las Naciones Unidas en la Conferencia de San Francisco de julio de 1945 ocupaba un recuadro apartado y pequeño. ¿Cómo era posible?

Esto era debido a que después del estallido de la guerra, la organización policiaca en Alemania se había ido desarrollando desmesuradamente y de forma caótica y en otro aspecto, por la manía típicamente nazi del secreto más absoluto. Además, la máquina burocrático-policiaca del Reich, las competencias, jerarquias y las relaciones entre los negociados eran tan complejas que podría equivocar a cualquiera. El Hauptstürmführer SS Dieter Wiscileny declaró ante el Tribunal de Nuremberg: 'Para un extraño era prácticamente imposible orientarse en aquel laberinto de negociados'.

Así, que para no liar más de la cuenta al lector, vamos a tratar de clarificar el nacimiento de esta organización. Y para comenzar de forma ordenada, hablaremos de su fundación y posterior desarrollo. El fundador de la GESTAPO fue HERMANN GOERING, que instituyó esta policía en 1933, después del incendio del Reichstag.

GOERING, al que le gustaba desmesuradamente acumular cargos de poder, no solo era el Presidente del Reichstag, sino que también había sido designado Ministro del Interior de Prusia, el mayor y más poblado estado del Reich, cuyas numerosas fuerzas del orden quedaban así bajo su mando. Tras depurar profundamente a la policía, una de sus primeras medidas fue la de crear una policía auxiliar con el pretexto de que la paz volviera a las calles -cirtamente, el estado en las calles de Prusia era preocupante, con muertos a diario-. A partir de este departamento ya existente de la policía estatal prusiana, nació la Policía Secreta del Estado, llamada en un principio GESTAPA o GPA (Geheimes Polizei Amt), pero el pueblo acabó por llamarla por el nombre por la que se la conocería durante doce siniestros años: GESTAPO (Policía Secreta del Estado).

Al frente del nuevo organismo figuraba RUDOLF DIELS, un amigo íntimo de GOERING. En un principio, la mayoría de los miembros de la GESTAPO procedían de otros cuerpos policiales, por lo que su base ideológica no era demasiado importante. Las nuevas hornadas de reclutas alimentarían a la GESTAPO con auténticos fanáticos nacionalsocialistas.

GOERING reivindicó siempre el mérito de haber montado la GESTAPO, 'Como signo del recuperado sentido del honor -escribiría-, la primera cosa que prohibí a oficiales e inspectores y más tarde a todos los funcionarios, fue llevar la porra de goma. Para mi sentimiento de oficial no era admisible que se interviniese entre el público con porras de goma. Un oficial de policía interviene en persona solo en casos extremos, solo en el caso de graves hechos de sangre; entonces debe empuñar las armas y actuar sin reparos para defensa del pueblo y del Estado'.

No solo eso, sino que autorizó por decreto a la GESTAPO a construir los campos de concentración: '[...] y allí fueron enviados -seguirá escribiendo- millares de funcionarios de los partidos comunista y socialista'

Uno de los primeros funcionarios de la GESTAPO, HANS BERND GISEVIUS, dijo al Tribunal Internacional de Nuremberg: 'La GESTAPO empleaba todos los medios, del asesinato al chantaje. Todos los miembros de la GESTAPO, desde el primero o segundo día de servicio, no podían dejar de ver o comprender lo que ocurría dentro de la organización... Yo mismo, al cabo de dos días, me acerqué a un colega, un funcionario administrativo que provenía de la antigua policía política y que había sido obligado a entrar en el nuevo organismo y le pregunté: 'Dígame, ¿estamos en un servicio de policía o en una cueva de bandidos? y él me respondió: 'Cierto que es una cueva de bandidos, ¡pero prepárese para ver mucho más!'

Si se añade que las 'leyes de urgencia' firmadas por Hindenburg habían abolido todos los derechos fundamentales, haciendo así posible a la policía realizar -sin mandamientos de la magistratura- registros, arrestos, incautación de bienes privados, control de comunicaciones telefónicas, telegráficas y postales. Actualmente nos es complicado imaginar una policía que contara tanto poder como el que tuvo la GESTAPO en su momento.